Los Usuarios Claman Contra El Colapso En Los TráMites Administrativos
Números de teléfono que no responden. Citas previas que se demoran meses. Otras que solo se pueden conseguir pagando. Trámites telemáticos complejos. Expedientes de forma permanente “en estudio”. Oficinas cerradas, las abiertas con una plantilla a la mitad y la otra mitad teletrabajando. Efectuar muchos trámites administrativos en Barcelona, especialmente los relacionados con la Seguridad Social, extranjería y registro civil, tras la covid-19, requiere armarse de paciencia. También hay retrasos en servicios de la Generalitat y del Municipio.
En las puertas de las oficinas del Instituto Nacional de la Seguridad Social o bien en las del SEPE son los guardas de seguridad los que controlan el acceso al interior. Lo hacen lista en mano, franqueando el paso a las personas que tienen cita anterior. “Hay que entrar en la página web prontísimo, a las 7 de la mañana, porque cuando se acaban las citas que se pueden dar, el sistema se cierra”, explica uno de ellos en la puerta de una oficina del SEPE del centro de Barcelona. ¿Y cuántas citas se dan para un día? “Unas 20”, contesta. “Yo lo he intentado cientos y cientos de veces y no hay manera”, responde una mujer disgustada.
Pero no solo es con las tramitaciones del desempleo. el informe de la vida laboral, la Renta Garantizada de Ciudadanía (RGC), las peticiones del NIE, empadronamientos, juras, los subsidios de las empleadas de hogar… Ir en busca de información a cualquiera de las oficinas del INSS sirve para poco. En la del Arc del Teatre, una usuaria se debe conformar con un papel que le da el guardia de seguridad con una dirección web. “Las escuelas están abiertas, la gente ha vuelto a trabajar, ¿por qué ellos no abren las oficinas?”, masculla.
“Se les ha desbordado el sistema. El cierre de oficinas por falta de personal con la pretensión de implantar la administración electrónica y la política general de atención solo con cita previa no está funcionando con la pandemia. Se crea mucha tensión pues las citas anteriores se demoran hasta tres meses”, explica Aurora Rodes, de la comisión laboral del Instituto de Gestores.
Incluso a los propios gestores, que . “Todos los trámites de extranjería ya eran problemáticas mas ahora es que son caóticas. Algunos locutorios colapsan el sistema para solicitar las citas anteriores desde las 3 de la mañana. Hay personas que han pagado 200 euros para tener un número de cita anterior. Es una práctica mafiosa totalmente ilegal que deseamos tratar con la delegación de Gobierno, que debe poner remedio”, añade. Una realidad que no le consta a la encargada del Gobierno, Teresa Cunillera, que esta semana aseguró que eso “se dice”, mas que no tienen perseverancia y que actuarían si tuviesen conocimiento.
Lo es cierto que hasta se ofertan por Wallapop: “Ayudo a buscar citas para huellas y renovación para el NIE. Busco por todas las provincias de España”. El “servicio” se oferta por 50 euros con un número de móvil para contactar.
La tramitación de proyectos y de licencias de obras o bien visados tampoco se está escapando a la mayor lentitud de la respuesta de las administraciones. “Cuanto más pequeña es la ciudad o bien la localidad, la contestación es más diligente que en las grandes, donde se aprecia más el parón o bien el cambio en la manera de teletrabajar”, explica Arcadi Viñas, secretario técnico del Instituto de Arquitectos de Cataluña. En el caso de Barna, los arquitectos apuntan que ahora es más difícil la interlocución directa con los técnicos. Aunque la gran mayoría de las tramitaciones se hace telemáticamente, en alguna localidad les han pedido, también, físicamente la documentación que después ha guardado cuarentena.
Parte de la complejidad para la obtención de los trámites es que telemáticamente no son claros o bien directamente inaccesibles para una población que, o bien no tiene recursos como un PC, o bien no tiene capacidad para comprender los procedimientos. Como en la trágica película Yo, Daniel Blake —una crítica fiero del director Ken Loach sobre el funcionamiento de los servicios sociales británicos—, hay cientos de usuarios que se ven impotentes y recurren a quien pueden. Muchos piden ayuda a las entidades sociales. “Hay ya una exclusión digital tanto en recursos como en competencias con procedimientos online que no son sencillos. Nos llegan desesperados”, explica Lidia Solè de la Fundación Salut Alta, que se encargan de muchos trámites.
Las Entidades Catalanas de Acción Social (ECAS) denuncian que y subsidios como consecuencia de la pandemia. “Hay mala planificación y los circuitos no funcionan. Hay solicitudes del mes de mayo del Ingreso Mínimo Vital que aún no se han resuelto. La lentitud de todo está haciendo perder oportunidades a gente que encuentra trabajo”, desgrana Sira Vilardell, una de las directivas de ECAS que alarma de la brecha digital.
La extrema lentitud no es solo de la Administración central. Empadronarse en las oficinas municipales puede valer hasta tres meses. Las entidades resaltan que la Renta Garantizada de Ciudadanía, que tramita la Generalitat, también retrasa las citas anteriores hasta 3 meses. Exactamente el mismo plazo que hace falta ahora para empezar un expediente de matrimonio en el Registro Civil de Barna, donde están señalando juras —un trámite que se debe hacer para obtener la nacionalidad española— para 2021, explica Juan Pablo, un gestor que aguarda su turno para entrar en el Registro. Dos colas se forman diariamente ante las puertas del edificio de Plaza de Medinaceli: los que pueden entrar sin cita anterior —los menos, para anotar nacimientos y defunciones— y la otra, con cita anterior, que puede llegar a Correos. “Hasta hay peleas a veces”, se protesta el guarda de seguridad de la puerta.
La percepción generalizada es que lo que depende de la Administración central funciona peor que lo que es gestionado por la Generalitat. Conforme el último sondeo del Centro de Estudios de Opinión, el 55,4 por cien de los preguntados cree que la Administración pública del Estado es mala o muy mala, frente al treinta y siete con cinco por ciento que opinan lo mismo cuando se pregunta sobre la catalana.
874 funcionarios
algo que se puede querer de un vistazo cuando se consigue entrar. En las oficinas del INSS de Barna trabajan ochocientos setenta y cuatro funcionarios, conforme datos facilitados por esa Administración. De ellos, “la mayor parte”, conforme un portavoz, lo hacen de forma presencial. En lo que se refiere a si existe algún control del desempeño de los que teletrabajan, exactamente la misma portavoz resalta que no se imponen mínimos de tramitaciones “porque la casuística es variadísima y hay medios del control del desempeño pues las herramientas de trabajo a distancia están monitorizadas”.
La Administración de la Seguridad Social reconoce que no se dan tantas citas anteriores como antes de la pandemia, algo que obedece a “que tienen que ser más apartadas para evitar cualquier peligro sanitario”.
La percepción que tienen los trabajadores de la Administración central es muy, muy diferente. De entrada, los sindicatos mayoritarios apuntan que la mitad del personal prosigue teletrabajando. Y denuncian que las disminuciones de las plantillas, que arrastran desde los últimos años, no ha hecho más que agudizar la situación en la pandemia: “Hay organismos que no están preparados y no tenemos los suficientes recursos tecnológicos, pero lo más grave es que se ha retrasado la integración de nuevos trabajadores”, explica Neus Moreno, de CC OO. “Si hay nuevos derechos para la ciudadanía y exactamente los mismos funcionarios, está claro que se colapsa todo”, añade.
Cree asimismo que es evidente la dificultad de muchos procedimientos telemáticos, tanto para el ciudadano que hace un trámite para el propio funcionario, y mantiene que es a la Administración a quien le corresponde solucionarlo. Además, se trata de una plantilla en gran parte con edades superiores a los sesenta años: en el caso del SEPE son el quince por ciento del personal y un veintidos por cien entre los de la Seguridad Social.
Los planes del Gobierno central de que dos millones de empleados públicos trabajen desde sus casas de forma terminante puede complicar aún más el panorama. Los sindicatos apuntan que los recursos materiales no son los convenientes y que las herramientas informáticas con las que han trabajado a lo largo de la pandemia son débiles.
En el caso de la plantilla de funcionarios de la Generalitat, desde CC OO se reconocen “incidencias” para tener cita anterior para el servicio de ocupación (SOC) porque algunas de las oficinas están cerradas, en tanto que no cumplen los requisitos de seguridad. A diferencia de los primeros meses de la pandemia, con un 75 por cien de la plantilla teletrabajando, ahora apuntan que es una tercera parte.
Meses para una cita previa
Jubilaciones/ERTE. María dice que vive en un bucle desde hace dos meses en los que procura hacer una consulta sobre su jubilación: “Vas a la página web, donde procuras aclararte para tener una cita previa y asimismo hay un teléfono. No hay forma. El día de hoy, ya fatigada, he venido a la oficina [la de Pare Claret] para ver qué me decían y me han dado este papel con un Código QR para gestionar la cita previa a través de una aplicación. Desde junio estoy procurando, además de esto, contactar con el SEPE a fin de que me dejen de abonar el ERTE porque ya trabajo. Ha habido días que he estado media hora al teléfono contestando a un robot y tampoco lo he logrado. El gestor también lo comunicó, mas nada”.
Prestación paternidad. Toni se dirigió a una oficina de la Seguridad Social de Barna en el mes de agosto y le explicaron que debía pedir telemáticamente la cita previa: “Necesitaba también el certificado digital y me señalaron que debía hacer presencialmente un trámite en una oficina, lo que me sorprendió. Me dieron cita previa telefónica, para el 29 de septiembre. Me llamaron un día ya antes, no vi la llamada y ahora me han postergado la cita telefónica para el 14 de octubre. Y ya irán dos meses sin cobrar”.
Número de la Seguridad Social. Se requiere en cualquier oferta de empleo. Edwin lleva dos meses intentado hacer ese trámite: “Al principio me dieron un número de teléfono mas no respondían jamás. Me han prorrogado la tramitación de la solicitud del derecho de asilo hasta junio del próximo año y con ese sello, en teoría, ya podría hacer el trámite. Tengo la cita telefónica para el siete de octubre mas no sé si soportará la oferta de trabajo”, explica.
Permiso de vivienda. Steven está en la cola de una oficina de extranjería del paseo de Sant Joan para recoger el pasaporte. pedir cita previa extranjeria Le han rechazado el asilo y ahora desea tramitar el permiso de residencia: “No hay forma de conseguir una cita anterior, es imposible contactar telemáticamente para hacerlo. Me afirman que si voy a algunos locutorios y pago, lo lograré. Me resisto a hacerlo pero no sé...”